Tú que naciste entre los años 276-194 a.C., en una obra ya perdida del filósofo Eratóstenes. Aunque fue Heródoto entre los años 484-420 a.C., quien sentó las bases para convertirte en ciencia. Los romanos te dieron herramientas y los filósofos árabes te dieron prestigio. Ni la Edad Media, periodo oscuro de la humanidad, pudo oscurecer tu luz, siempre te muestras como un importante eje de la humanidad.
Grandes pensadores te practicaron y llegaron a decir de ti “Que eras un arma, para la guerra.” Yves Lacoste.
Yo que te estudie con pasión, que me sumergí en ti para conocer cada uno de tus campos. Que con fervor dedique mi tiempo a desarrollar tus herramientas. Yo no supe explicarte, y por eso languideces, pierdes peso frente a nuevas ciencias, que se aprovechan de tí, para luego denostarte, y me acuso de no defenderte.
Pero no me rindo, pero no te dejo. Seguiré luchando con cada latido de mi corazón, por volverte a colocar en el lugar que te corresponde.
Para ti, la Geografía
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